Neo-culebreros y otros Eróstratos
“Nosotros los artistas”,
bajados del ano del diablo, llenos del caos, importamos palabras,
adjetivamos, destruimos. Somos la peor poesía flotando con las
metáforas, como cadáveres en el río Medellín. Somos los vulgares
apóstatas. Somos los artistas que nos follamos a Eróstrato en las redes
sociales. Nos declaramos una cucaracha política que usurpa la cocina
de las mansiones y somos pequeños burgueses hablando de calle. Somos el
fuego apagado por la baba de los amores pasajeros. El meteorito lleno
de mierda que llegó a Medellín para enterrar a todas las momias
intelectuales –perdón por ser tan académico- A todos los Neoculebreros
fantoches llenos de polillas en sus libros mamertos y melifluos
discursos de rescatar a Latinoamérica y hacerse sus pajazos mentales de
revolución. Nos declaramos muertos, y no queremos llevar ninguna post
mortem con nuestra risa de lobos en las puertas del alcohol.
“Nosotros
los artistas” Somos el istmo del olor de una axila marihuanera, somos
la generación que cree en la masificación de la diarrea como exterminio.
Somos neoludistas hipócritas que hacemos cartas al vómito con teclados.
No somos saltimbanquis de parque resinificando profetas, somos
espirituales en la eterna primavera con la filosofía del sacol. Somos la
generación de la carcajada, hacemos rayuelas con la sangre verbal de
hispters y de la masificación de la contracultura por ser tan estúpidos
como nosotros, y solo creemos en las zarigüeyas que conoce más de la
calle que cualquier bohemio paisa...
A nosotros nos
mataron todo, y somos la colilla tirada y pisada por mamuts metálicos.
Somos los fantasmas que asesinan a los académicos con cuchillos de mocos
y cualquier secreción amistosa. Nuestra poesía es bufa y no es una
chupa medias buscando un renombre en ese izquierdismo hecho un circo.
Seremos los invisibles, pues nuestra iconografía es el vituperio sobre
el asfalto. Nuestro cuerpo es una fotografía llena de esquirlas de asco.
Y ustedes neoculebreros , sí, ustedes que leen esto los señalamos con
nuestros dedos llenos de mugre y olor a nicotina, los señalamos a
ustedes jóvenes con complejo mesiánico, ustedes marmotas de lo
virtual e iluminados de Oriente, ustedes generación del hedonismo, los
señalamos por ser bufones y los aplaudimos por ser tan estúpidos.
A
nosotros nos pasó un buldócer generacional encima de nuestro cráneo, y
nos quedó el intestino grueso, para salir a las calles y hacer grafitis
de mierda, salir a las calles vestidos de anos para alardear nuestro
discurso de mierda, y dejar que las eminencias se apoltronen en palacios
y que se llenen su curriculum vitaee para llamarse artistas.
Qué
viva la bandera que izamos sobre los lóbulos frontales de los
estúpidos, qué viva la fiesta de vivir porque somos la metástasis del
dolor enardecido, qué viva la inutilidad de nuestro arte: Nosotros no
somos poetas: ¡somos poesía!, esa poesía que nació de la bilis, de la
herpes bajo el aroma de un crisol, nosotros somos la poesía del asfalto
lleno de musgo, nuestras metáforas son ladillas a los jóvenes godos,
nuestro AK- 47 es un gargajo mañanero del absurdo, nosotros somos la
poesía sin rostro, pues los que son Poetas nos tiraron ácido sulfúrico
en la cara y compraron un terreno poético en la ciudad
No
nos crean bastardos, a nosotros nos desplazaron por ser parásitos de la
ciudad. Crucificamos sancudos, pues ustedes señores llegaron a
salvarnos: neoculebreros.
Nuestra sangre es café de
greca, y le cantamos a los grillos en los oídos, no somos bípedos y
somos ranas llenas de veneno, saltando por los edificios donde se
amontonan la papelería de los códigos binarios.
Le
cantamos a la vida haciendo apnea en las aguas negras, y besamos a
nuestras musas en la esquina del hampa. No somos poetas somos poesía.
Escupimos
la baba de un comején carnívoro, somos la piltrafa endémica de la
ciudad, nuestra oralidad es chéchere explosivo de desencanto, y no
somos revolucionarios vestidos de escafandras revoleando con el
diccionario mamerto. No somos los destructores de los ídolos, no somos
la nueva poesía, no somos el baladí de vanguardias tomando vino en los
muladares, nosotros no crucificamos a Dios, y no nos tiramos pedos en un
confesionario, nosotros no somos los incendiarios, nos mataron todo y
el hombre ha muerto, decidimos no seguir matando.
“Nosotros
los artistas” vamos a follarnos la noche y el absurdo. Neoculebreros y
otros Eróstratos: bienvenidos a nuestro infierno. Amén.