martes, 13 de septiembre de 2011

Lukas Guti

Elogio al Egoísmo


“Cuál sería la razón para socializar si a nadie le importa lo que uno piensa”. Excepto si a uno le gusta la persona de alguna forma, puede importar... pero sólo un poco. Seguimos estando solos; Sin llegar a complicar inevitablemente el asunto “familiar”, donde los intereses comunes de uno hacen que todos se preocupen de su prójimo, por obvias razones las familias son familias. Y si acaso, por puro accidente nos enamoramos de alguien más que uno mismo, quizá, pondría en riesgo la independencia de nuestros ideales; entonces importaría un poco más, pero por esa propia vanidad.

Si bien, el afán irreverente por crear espacios culturales entre nuestras antipáticas sociedades se volvió una necesidad desde que someramente el supuesto tope de nuestra civilización comenzara a aislarse. Comenzamos por construir edificios llenos de oficinas para acentuar la manera en cómo cada uno se desenvolvía entre sus similares. La disonancia entre tantas ambivalencias estaba muy lejos de ser algo real, cuando por pura necesidad lo único que siempre ha hecho el hombre es sobrevivir, de acuerdo a esas similitudes… una evolución corrompida.

Continuaron surgiendo las formas de expresión motivado por el mero conformismo de intentar mezclarse entre círculos. Cada uno tan pretencioso aunque no tan vacío, pese a que ninguno se iba en busca de sí mismo realmente, sino por la fatua sed de morder pedazos de uno menos afortunado, y sus memorias entre líneas, pinturas o partituras.

Respeto grandemente a los artistas por dedicarse a sufrir de más por el resto del mundo. Vaya forma de crucifixión, pero más digna que alguna otra que yo hay oído mentar.

En un aula donde un músico tocaba el piano, al ritmo de poemas que sus autores leyeran entre sí, y de espectadores las sonrisas y gestos que no fueran para nada fortuitos, hubo algo en común que los reunía a todos en ese mismo lugar: Su forma de pensar. Y a nadie le importaba, excepto lo que a ellos mismos llenara de júbilo. Bienvenidos a la era de los Solipsismos.



Lukas Guti

2 de septiembre del 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario